domingo, 26 de junio de 2011

LA UNIVERSIDAD PÚBLICA ESPAÑOLA

Quisiera decir unas palabras sobre la universidad pública española de la cuál soy usuario.

En un país denodado por la crisis, el desánimo laboral y el caos político, solo necesitábamos una sanidad tercermundista (a la que estamos abocados con los recortes) y una educación universitaria elitista.


Como sabréis gran parte de vosotros, la imposición del "Plan Bolonia" ha comportado grandes cambios a nuestras universidades públicas, que huelga decir, están bastante bien consideradas en el ránquing de calidad, verbigracia, la Universidad de Barcelona. Hasta ahora, el común de los mortales se podía permitir hacer una carrera ya que los precios eran razonables y había cierta elasticidad de horarios y posibilidades, sobretodo para aquellos que trabajamos.


El aquí presente está finalizando (menos mal) la licenciatura en Historia del Arte en la UB antes que este sistema educativo se desimplante para convertirse las futuras generaciones en graduados y no licenciados. Los que seguimos la línea de licenciatura aún gozamos de ciertas "libertades" como el hacer un único exámen al final de curso (como siempre ha sido) o presentarnos en segunda convocatoria en septiembre, ya que los ciudadanos somos libres de compaginar el trabajo y los estudios.


El gobierno europeo que mayoritariamente milita en la derecha planteó en su momento un sistema educativo que está funcionando en otros países y que el próximo año se va a instaurar casi definitivamente en España: el famoso grado. Sin duda, quien ideó este plan no pensó en los trabajadores que querían ampliar estudios ya que tal como se ve el percal se necesitaría una dedicación "full time" para acabar una carrera. No hay que negar que muchos estudiantes jóvenes se pasan por el forro asistir a clase o que se presentan a las convocatorias cuando les da la gana, pero eso no es óbice para que se hayan convertido los profesores universitarios en profesores de instituto por su constante vigilancia, el "pasar lista" o el exigir un montón de trabajos (hasta 5 por asignatura) y dos exámenes por asignatura cuatrimestral.


Es patético que estemos en la universidad y se hagan más trabajos y más exámenes que en un colegio de primaria. Que pasa, ¿qué las nuevas generaciones de este país son más cortas que hace 30 años?.


Cada curso (casi por obligatoriedad) comporta 60 créditos (4 cursos que conllevan 240 créditos), es decir 10 asignaturas por año. Si hacemos una media de trabajos razonable comportan 20 trabajos y 20 exámenes. ¿No os parece ridículo que un alumno universitario tenga que pasar por esta terna de pruebas para poder aprobar?. Además, el próximo año se desimplanta los exámenes de septiembre para grado (si enfermas has de repetir asignatura con un futurible recargo del 50% si se repite asignatura), se ha ampliado el calendario académico dejaddo solo 10 días en Enero y en Junio para hacer los exámenes finales. Para más "inri" han subido los precios de los créditos. En el caso de las carreras de humanidades són 15 € aprox. que si los multiplicamos por 60 créditos, más la matrícula nos vamos a 1.000 € por año y el curso final de postgrado oscila entre 3.000 y 6.000 €. Vaya, que como te descuides, una carrera universitaria, en la pública, te cuesta unos 10.000 €, entre libros y materiales.


No sé donde vamos a llegar, señores. Una educación elitista comporta una segregación social importante y tal como está el empleo muchos jóvenes van a tener que quedarse en casa jugando con la Playstation porque sin estudios y sin trabajo, ¿que van a hacer?.

jueves, 16 de junio de 2011

EL ATAQUE AL PARLAMENTO CATALÁN

Quisiera decir unas palabras sobre lo acontecido el día 15 de junio en el Parlament de Catalunya con los "indignados".


Justamente después de un mes del inicio del movimiento por la "Democracia Real Ya" y reconvertido en "15-M", se ha vivido una situación patética, ante los preceptos planteados por este grupo pacifista que ha tenido la valentía de levantar a una juventud aposentada por épocas pretéritas de bienestar económico.


De todos son conocidas las imágenes del 15-J donde un grupúsculo de violentos de corte antisistema y bajo el estandarte de los indignados abogaron por la fuerza bruta y las malas formas ante los indefensos y nunca mejor dicho, "consellers" del parlamento que representa a todos los catalanes, incluídos los propios agresores. Y es que, mal que les pese, el estado está vinculado a una serie de leyes recogidas en una Constitución y por extensión, a un Estatut, que dirige a los ciudadanos democráticos. Los principios anárquicos no han funcionado nunca y no está, señores, el vergel para plantear utopías.


La realidad de esta crisis está solapada por Europa e incrementada por el pestillazo de los bancos que se niegan a abrir sus arcas. En un país que siempre ha vivido del crédito no puede sobrevivir si no hay préstamos y mal que nos pese, es así. Que tire la primera piedra aquel que no esté hipotecado, tenga un préstamo personal o tenga una deuda con la Visa. ¿Cómo pretendemos incentivar el consumo y crear puestos de trabajo si no hay apoyo financiero?. Creo que los indignados deberían rendir cuentas a los grandes "capos" de la economía de este país, esos tiburones que viven en otro mundo y dejar respirar a la clase política de la cual ya no se puede esperar nada.


La base de una nación es el pueblo. Y éste está indignado, cabreado y jodido por la labor política y económica de este país. Culpables han sido Zapatero por su talante pero también previamente fue Aznar con su "joie de vivre" monetaria; culpables son los bancos por dar préstamos a porrillo en época de vacas gordas y ahora cierran sus arcas como si fueran usureros y culpables somos los ciudadanos de a pie que creímos que no había clase media y todos pretendimos ser de clase alta con nuestro chalé, el cochazo y la última tecnología a nuestro servicio.


La culpa es de todos y si los indignados se han puesto en marcha que aclaren sus ideales y que plantee acciones inteligentes y consensuadas. Y si es necesario que creen un brazo político, porque los países se han de gobernar y si aún y así, la clase política no nos hace caso (que debería hacerlo ya que los hemos votado) solo nos queda la Revolución. Y si esto sigue así vamos a rememorar tiempos pasados que más valdría olvidar.
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