martes, 30 de noviembre de 2010

EL DÍA DESPUÉS DE LAS ELECCIONES CATALANAS

Quisiera decir unas palabras sobre el resultado de las elecciones autonómicas catalanas.
Me repetiría si dijera que soy catalán de pro y defensor de los derechos de Cataluña. No voy a hacer un panegírico nacionalista al respecto porque ya tenemos defensores de esta tendencia política tanto de derechas como de izquierdas en nuestro codiciado principado. Como demócrata he tomado una decisión: no votar. Y lo digo alto y claro. Sé que el no hacerlo da cancha al partido mayoritario pero es que después de más de veinte años votando e ilusionándome por los candidatos ha llegado el momento de plantarse y decidir que cualquier tendencia política y cualquier líder es más de lo mismo.
¿Creéis que Artur Mas va a sacar a Cataluña de la crisis?. Con su trasnochado discurso de nacionalismo falso y haciendo gala de un catalanismo de herencia pujolista, ha conseguido expulsar de la presidencia de la Generalitat, en todos los aspectos, a un José Montilla que no sabemos a que estaba jugando, si a ser español, a ser catalán o a ser político. Evidentemente no hay que posicionarse, pero la política llevada ha sido anodina y sin condimento. Nuestro "ex-president" lo deja todo y se retira a sus aposentos para vivir de otras historias, que junto a su mujer, tienen entre manos y dejaremos ahí el tema.

El señor Mas con sus ansias de poder y sus "ínfulas de humildad" va a proporcionarnos momentos de gloria catalanista chusquera como en su momento hizo Convergència i Unió apoyando no por una sinó por dos veces al PP en Madrid. Alicia Sánchez-Camacho, la pepona de la campaña electoral (en referencia al nefasto cartel publicitario), está más contenta que unas castañuelas por haber conseguido un récord histórico de votos en nuestra comunidad, de aquellos que juegan al voto de castigo o de los hipócritas que van de españolistas, aunque no me meto con los "peperos" convencidos. Es posible que el sibilino mensaje del famoso vídeo o del tríptico xenófobo haya fomentado a esos votantes que quieren tener un España blanca y no contaminada por otras razas. Pero, no hay que confundir churras con merinas, que para eso ya estaba Josep Anglada y su claramente racista Plataforma per Catalunya que casi nos da un susto consiguiendo un escaño en el Parlament.

¿Y qué podemos decir de los otros dos socios del tripartito?. Con todos mis respetos, se van a comer los mocos. Joan Puigcercós con una renovada "Esquerra" y un discurso agresivo y fuera de tono, ha hecho méritos para perder todos los votos posibles y por haber. Joan Herrera y su Iniciativa per Catalunya-Verds ha sido discreto como el comunismo de este país que nunca saldrá del ostracismo con líderes tan inseguros como éste. Ambos han sufrido el varapalo del tripartito, de acuerdo, pero no han hecho nada para resurgir de sus cenizas.

Y por último los de Ciutadan's que más vale que se dejen de títulos en catalán y que se pongan directamente Ciudadanos por España, porque si algún día estos señores consiguieran el poder, ya nos vemos de nuevo cantando el "Cara al sol" antes de iniciar nuestra jornada laboral.

Un apartado especial para Joan Laporta, ex-presidente del Barça, que en su momento ya destacaba por sus comentarios independentistas en medio de sus campañas deportivas. Ha sido la gran sorpresa y la posible alternativa al indepentismo catalán pero vestido de traje y corbata. Es curioso ver como una cierta facción de tintes pijos se entrega a la autodeterminación de esa manera. ¿Pensarán en un utópico control empresarial catalán y por eso piden la independencia?. La codicia de un gran empresario no tiene límites...

No sé que nos deparará nuestro futuro President. Cataluña seguirá empantanada como lo está Europa y por extensión, España. Si nos separamos del estado español seguiremos en la crisis y con este nuevo gobierno seguiremos en la crisis. Y ahora pintan bastos...y a esperar hasta 2012. Dos años más de angustia y de descontrol "broker". Señoras y señores, con o sin política, y perdonen mi verbo, estoy harto y esto es una mierda.

jueves, 25 de noviembre de 2010

LA DESIDIA CIVICA

Quisiera decir unas palabras sobre las formas cívicas de los ciudadanos de a pie.
Dejando de lado la rabiosa actualidad política y económica de un país, sea Cataluña o España, nos queremos centrar en la educación social de los urbanitas que presumen de tener una ciudad como Barcelona, Madrid, Valencia o Murcia, no importa el tamaño. Pero centrémonos en la ciudad condal de donde el presente es oriundo y conocida mundialmente por su espíritu deportivo (entiéndase Olimpiadas'92) y por su solidaridad a la hora de manifestarse públicamente. Una fama merecida por méritos propios porque es innegable que gente cívica la hay en todos sitios, pero en los últimos años parece que el barcelonés de a pie esté buscando constantemente su espacio vital, sea en la calle sea en los transportes públicos.

Me explico. Como usuario de éstos medios de transporte y caminante urbano habitual (confieso que no tengo coche ni carnet), sufro en mis carnes diariamente, los usos y abusos adquiridos por la sociedad en esa imparable carrera yerma hacia el infarto de miocardio. Sabemos que todos tenemos prisa, que nuestro ritmo es diferente al de los pueblos, pero existen unas normas no impuestas sino creadas por los propios ciudadanos para convivir tipo: siempre que caminamos por una acera hay que ir por la derecha y no ir de tanqueta por la vida con el cartel de "ya se apartarán" impreso en sus miradas ausentes; hay que dejar salir antes de entrar en ascensores, metros y accesos varios sin necesidad de apartar a la gente a empujones y respetar las colas de cualquier tipo sin necesidad de advertir a la anciana despistada o al chico que va con los auriculares que aducen que no haber visto una estampa de 1'90 m aproximadamente, como es mi caso.

Estrategias infames y pusilánimes en un intento de "superego" urbano digno de estudio por Freud. No hemos de olvidar tampoco la desidia social, que es el mínimo esfuerzo ante cualquier relación social o física en un espacio compartido y añado, como muestra, estas tres situaciones tipo, acontecidas en autobuses, metros o calles varias:

Primero: señora o señor, aunque básicamente señora, que lleva uno de esos superbolsos de moda que arrasa con toda aquella persona que esté de pie aguantando el precario equilibrio que nos provoca la conducción del 50% de los "autobuseros" de este país que parecen llevar ovejas y no seres humanos. Después de este paseíllo "destroyer" va en busca, de manera desbocada, de un asiento, que casi siempre es compartido. La señora se sienta y deposita su tremendo bolso sobre sus piernas y, verbigracia, en las piernas del acompañante. El acompañante (yo) se gira, la contempla y ves que se hace la loca. Apartas el bolso amablemente y piensa que vas a robarle y entonces ella mira con cara de asustada. Ante la explicación de la molestia producida considera que eres un ladrón, y entonces sí que lo aparta asiéndolo fuertemente, eso sí, sin abandonar el codiciado asiento.

Segundo: chicos y chicas, de esta generación que no saben etiquetar los sociólogos, que entran con actitud cansina después de una "ardua" jornada escolar de 4 horas en un metro en hora punta al mediodía. No cabe un alfiler, pero ellos son incapaces de poner a sus pies la abultada mochila que ocupa dos y hasta tres espacios posibles. No hay interés por mirar si el otro está incómodo soportando una mochila que Dios sabrá por donde se habrá arrastrado. Pero lo mas fuerte y no es la primera vez que me pasa, es notar a mis espaldas como se apoyan en mí como si yo fuera una barra o una pared, a lo cual te apartas molesto y ves que están a punto de caer.

Tercero: las bicicletas y que conste que no soy antiecológico. En Barcelona, los ciclistas tienen un montón de carriles "bici" para pasearse por la ciudad. ¿Por qué narices no van por las zonas indicadas y asaltan las aceras a velocidades de vértigo?. ¿No tenemos suficiente con el tráfico de la ciudad y los psicópatas conductores que se saltan los pasos de cebra para tener que ir esquivando suicidas haciendo "bicing"?. ¿Y por qué no llevan casco cuando se saltan todos los semáforos en rojo?.

Estos son algunos ejemplos de incivismo aunque hay montones y montones de casos más: cacas de perro no recogidas, gente que teniendo una papelera a un metro tiran residuos al suelo, ladridos de camareros y tenderos cuando les pides algo en sus propios comercios, etc. Os invito a que comentéis todo aquello que nos molesta para denunciar a esos miles de imbéciles que luego van cacareando por ahí que són educados y encima solidarios.

lunes, 22 de noviembre de 2010

EL CONDÓN DEL PAPA

Quisiera decir unas palabras sobre la problemática profiláctica del Papa.

En este suma y sigue sobre la siempre polémica dialéctica del Santo Padre de nuestra iglesia, parece que ha habido un halo de sentido común, tachado por muchos sectores como "modernidad" en el seno de la Iglesia en mayúsculas.

Mi primera gran duda es preguntarme si este adalid del cristianismo vive en el mundo real o en la corte celestial, rodeado de su mandorla y el Tetramorfos. La realidad mundana de esos feligreses que van a misa o de aquellos que por ser simples humanos y por ende, expulsados del paraíso, es el pecado "per se". Mentimos, fornicamos, envidiamos y comemos más de la cuenta de manera constante y todo ello según los atributos designados por Dios que nos hizo a su imagen y semejanza (sic).

Y como común pecador que es el Papa debería dejar de lado su conchaveo divino y contemplar la realidad cotidiana de las estadísticas: cada minuto muere una persona por el Sida en África. No se puede llegar a ese continente y decir que no se ha de usar el preservativo cuando la única manera de evitar muertes es su uso incondicional. ¿Y se hace llamar cristiano una persona que está apostando por la muerte?. ¿Quizás se ha transfigurado en el angel exterminador del Apocalipsis?.

Hace unos días aceptó el condón para uso exclusivo de las prostitutas del tercer mundo. Ayer lo aceptaba para toda meretriz viviente de cualquiera de los posibles mundos, hasta el divino porque la Biblia dice que las primeras mujeres que entraran en el cielo serán las rameras. Quizás se ha repasado el Sumo Pontífice el Nuevo Testamento y de ahí esa derivación humanista.

En su libro-entrevista "La luz del mundo", el cual se va a vender como churros para usufructo del bolsillo papal y por extensión, de la saneada banca vaticana, deja bien claro que "también un pontífice se equivoca". Bienaventurados aquellos que reconocen sus defectos porque suyo será el reino de los cielos.

Pero la cosa sigue sobre los abusos sexuales en el seno eclesiástico. Dice literalmente: "Los hechos no me cogieron por sorpresa pero las dimensiones fueron para mí un verdadero shock". ¡Qué lástima!. Y yo que pensaba que con la anterior declaración había iniciado un acto de redención...¿No os parece irónico el comentario?. Ya pasaron los siglos del veto clerical y en el siglo XXI, en un mundo globalizado, todos los seres humanos son iguales ante la ley y ante Dios y si han abusado de un menor, sea quien sea, han de ser juzgado por las leyes de los hombres porque Dios o el Diablo, si existen, ya los juzgarás en los infiernos.

Además, la carne es débil y el voto de castidad es el que peor llevan los siervos del Señor. Ante el pecado de la carne, porque la tentación se presenta de mil maneras, los sacerdotes, por muy santificados que estén, no están inmunizados ante las enfermedades de transmisión sexual. Que tal el uso del condón...¿no os parece?.

martes, 9 de noviembre de 2010

LA VISITA DEL PAPA A BARCELONA

Quisiera decir unas palabras sobre la reciente visita del papa Benedicto XVI a Barcelona.
No vamos a hacer ningún panegírico a favor o en contra de las creencias de cada uno, ya que estamos, verbigracia, gracias a Dios, en un país laico en el que cada uno puede profesar la religión que desee.

La aparición del máximo representante de la iglesia cristiana ha trastocado la mundana vida de Santiago de Compostela y de Barcelona, esperando que Madrid no tome represalias por haber sido obviada por la visita papal. Bastante ya tenemos con sobrevivir en esta interminable crisis, para que llegue el Papa con su séquito y su fastuoso vestuario para refregarnos por la cara el poder del Vaticano, sin duda, uno de los más importantes del mundo.

El español (o el catalán de a pie), machacado por los impuestos añadidos (léase IVA) para salir de la crisis, ha tenido que pagar todos, sin excepción, los gastos generados en esta ¿necesaria? visita. Vamos a dejar de lado los sobresueldos de miles de policias, de las brigadas municipales para adecentar la zona de los últimos días y el despliegue técnico parangonable a las Olimpiadas de 1992.

Pero centrémonos en Barcelona, mi ciudad, tan cosmopolita y progresista, que ha demostrado siempre su capacidad seria de manifestación popular. Dicen que nos hemos ahorrado 5.000 millones de euros en promoción turística de la ciudad, pero yo me pregunto ¿qué imagen estamos dando al mundo?. ¿La de una juventud que gritaba por las calles "soy adicto al papa Benedicto" y la de una ciudad volcada con las banderitas saludando al veloz "papamóvil"?.

Está claro que Barcelona no es un lugar turístico para familias básicamente conservadoras, ya que mochileros, gays, "singles" y estudiantes de todo tipo visitan por millones la ciudad condal.

Benedicto XVI vino a Barcelona, por cierto, para consagrar la Sagrada Familia, no por nada más, y que lucía de manera espectacular porque sencillamente es un monumento espectacular. Esta acción no es habitual en sus tareas ordinarias (cuando en época medieval era normal), pero como él es el mandamás y como le gusta tanto Gaudí, pues lo hizo utilizando los ungimientos más retrógrados de la liturgia gregoriana y extendiendo una bula papal en forma de acta que ha convertido el templo en basílica. Además, no olvidemos que solo nos falta saber que milagro hizo el simpar arquitecto para ser canonizado, elemento del gusto, sin duda, del vitoreado papa.

No hemos querido ser demasiado críticos sinó comentar otros aspectos fuera de la línea editorial de muchos períodicos de estos días, pero quizás lo mejor es que cada oveja se quede en su corral y el pastor que se encierre en su caserón, que bastante ya tiene con esconder a sus desviados acólitos.
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