LA VERGÜENZA DE LOS ACTOS DEL 11-M

Quisiera decir unas palabras sobre los acontecimientos de este pasado 11-M.

Vergüenza debería darle a los dirigentes de este país al politizar una fecha tan señalada como el día en que un grupo de integristas musulmanes acabaron con la vida de un montón de personas inocentes. Un caso cerrado y zanjado, con asesinos que están cumpliendo sus correspondientes penas y donde no hay lugar a duda de las implicaciones islamistas.

Y es que ahora que el PP está en el poder, no contentos con recortarnos nuestros derechos a nivel laboral y social (con la que nos está cayendo y lo que te rondaré morena), encima tienen tiempo de ampliar su línea capciosa para poner en duda la autoría de los crímenes del 11-M.

Las derrotas hay que digerirlas y el orgullo hay que tragárselo, sobretodo cuando elementos como el señor Aznar, presidente entonces de España, patinó y de que manera, al argumentar, de forma aviesa y premeditada, la autoría terrorista a ETA. Y la facción dura del actual PP, léase Gallardón, Botella, etc, siguen con esa teoría obsoleta y de mal gusto. No contento con ello, la celebración de los actos de conmemoración se realizaron por separados: los peperos AVT por un lado y Pilar Manjón con los suyos por otro. Un acto que no tendría que estar politizado porque, sean quien sean los hijos de perra que matan a la gente por ideología, debería ser una unión inmaculada para protestar contra esa lacra global de la que nadie está libre.

Sin duda, con este PP hemos vuelto a los años de la mentira, del miedo, de la desazón, de los oídos sordos, de las cargas policiales, de la pérdida de los derechos de la mujer, de la corrupción soterrada, en pocas palabras, la vuelta a los años 50 cuando un ser autoritario mandaba y los demás callaban. Ahora es un grupo político el que amenaza la integridad de las comunidades en su intento centralista, la libertad de decisión de la mujer y encima se permiten el lujo de machacar a madres que han perdido a sus hijos en un acto terrorista, gracias a sus cancerberos ubicados en los medios de comunicación derechistas como Pedro J. Ramírez.

Al gobierno de este país: vergüenza os debería dar jugar a las hipótesis cuando el dolor, la pena y la depresión estarán instaladas para siempre en el corazón de esas familias que aún buscan a sus hijos, mujeres o esposos entre los hierros de la memoria de aquel tren maldito que deberíamos dejar pasar de una vez por todas.