LAS NUEVAS TASAS UNIVERSITARIAS

Quisiera decir unas palabras sobre las abusivas tasas universitarias que el gobierno del PP y por extensión los gobiernos autonómicos quieren aplicar.

Estamos perdiendo el norte. Sin duda. Estamos caminando hacia atrás como los cangrejos. A este paso en breve vamos a volver a la España de los años 50 y es una pena. Parece que los políticos quieran una civilización inculta para seguir manejándonos como marionetas.

Uno, aunque tiene una edad, sigue reciclándose y por ende, sigue estudiando. Las últimas dos semanas de clase se han convertido en una evidente y necesaria huelga indefinida activa, donde los estudiantes han intentado, con más pena que gloria, organizarse para luchar contra las abusivas tasas universitarias que en el caso catalán y por partida doble van a ser del 66%. Para entendernos, un curso de humanidades que actualmente costaba unos 1050 € se va a convertir en 1750 €.

Es inaudito que se pretenda instaurar una universidad pública con reminiscencias privadas y lo más preocupante de todo es la falta de motivación de las nuevas generaciones. En algunas asambleas en las que he estado presente me ha preocupado el poco espíritu rebelde de una juventud que ven su salvación con el uso de las redes sociales. Me parece conveniente utilizarlas para convencer y para notificar, pero para actuar, es mínimo su impacto. Es tal el tráfico de información que hay por Internet, que ha quedado esta huelga, como ha sido el caso, en la inopia.

Si no se actúa nadie se hará eco. Con ello no quiero arengar a nadie a realizar actos vandálicos pero si acciones que llamen la atención. Un día se hizo un acto callejero en la que una chica se vestía de "alegoría de la educación" para manifestar su repulsa por las tasas. Perdonadme, la mitad de este país no sabe lo que es una alegoría y si no sale en bolas, por ejemplo, esta mujer simbólica, los medios de comunicación ni se inmutan.

Por eso creo que como estudiante, como ciudadano, como cotizador de la seguridad social, estamos perdiendo la batalla ante un gobierno nacional y autonómico que han puesto el piñón fijo y solo buscan los recortes pedidos por Europa y por la Merkel. A este paso no podremos estudiar, ni medicarnos, ni comprar comida. Vamos a dejar de ser personas para convertirnos en seres empobrecidos e insulsos.