domingo, 5 de agosto de 2012

LAS TÁCTICAS CENTRALISTAS DE ESPAÑA

Quisiera decir unas palabras sobre el cada vez mayor control de la administración española sobre sus comunidades.

Llevamos alrededor de nueve meses sufriendo la política restrictiva y destructiva más descarada y feaciente desde la transición española. La lógica compulsiva de gasto promulgada por la banca, el estado de bienestar y la opulencia de gran parte de la ciudadanía media nos ha llevado a un callejón sin salida donde solo la economía neoliberal (palabra muy de moda en los últimos meses) parece ser la alternativa a esta crisis. La pertenencia a una moneda única condiciona una serie de decisiones tomadas desde el BCE y supervisadas por la nueva "canciller de titanio" Angela Merkel desde su centralismo autoimpuesto de la Comunidad Económica Europea.

En esa política derechista (casi ultraderechista) está inmersa España, con un gobierno que sigue a pies juntillas la política del ajuste y del recorte impuesta por Alemania. Una Alemania que ha ganado este último mes 30.000 millones de euros por el diferencial de los intereses vinculados a nuestra prima de riesgo. ¿No estará interesada Alemania que España no salga del atolladero para lucrarse?. Sin lugar a duda, sí. No olvidemos que Merkel hizo virar a Draghi, director del BCE, en su empeño de comprar deuda hispana e italiana. Por algo será.

Entonces, ¿por qué los afines de la derecha patria siguen aplaudiendo a la canciller y encima se vanaglorian de hundir a España con un discurso paralelo al clamor de disgusto del ciudadano?.

Dentro de este baile que nos afecta a todos (incluídos, en breve, a los jubilados) las líneas políticas y sociales del PP se han cerrado para desviar información. Alberto Ruiz Gallardón, adalid de la nueva ultraderecha española, pretende no dejar abortar a las mujeres porque es ultracatólico (y a mí que mierda me importa) y encima concede títulos nobiliarios a familiares de antiguos fascistas o el señor Wert, hoy, un domingo y encima de agosto, presenta en el B.O.E., en la línea cobarde de este gobierno, los contenidos de la nueva asignatura de "ciudadanía" donde ni la violencia de género, la homosexualidad y los planteamientos abortivos aparecen en el programa.

¿Qué pretenden estos "carcas"? ¿Qué volvamos al integrismo franquista donde la iglesia hizo y deshizo haciendo perder, sobre todo a las mujeres, sus derechos fundamentales? ¿Volveremos a la Inquisición? ¿Se acabarán con las identidades de un país totalmente variopinto?.

Astures, cántabros, vascos, andaluces, castellanos o catalanes conforman la llamada España. Orígenes, razas, dialectos, lenguas, culturas, costumbres y gastronomías totalmente dispares que en su momento y por cuestiones políticas se unieron bajo una bandera y un himno maltrechos por la Guerra Civil.

Madrid, aprovechando la situación económica y en esa intención de despiste, y de nuevo utilicemos la palabreja neoliberal aplicada a la política, pretende ahuecar bajo una planeadora ala aguileña a esas comunidades históricas y no históricas constatadas y ratificadas por la Constitución para imponer su centralismo rancio y que nos suena a aquello de "una y libre". No hay diálogo, hay imposiciones. No escuchan al ciudadano que en septiembre se va a comerse los mocos pero tampoco escuchan a los gobiernos autonómicos. Hay que recortar, sí, y...¿por qué no eliminan las diputaciones?. Noooo...esas controlan el poder regional con un gasto de más de 100.000 millones al año. Estos del PP no se fían del modelo hispano de los últimos 30 años. Que pena.

Si quieren centralismo que empiecen por derogar comunidades sin sentido como Madrid y que se carguen a la Aguirre, pero no puede ser...hay que atacar a Andalucía que son socialistas o a Cataluña porque el Mas está en pie de guerra. Yo por si acaso, y quitándonos más sanidad y más educación, recomendaría al ministro de defensa que de nuevo, inviertiendo unos milloncejos, construya una nueva ciudadela defensiva, por ejemplo, en Barcelona, no sea que se encuentre con otro alzamiento de 1714 o una Semana Trágica de 1909.

España es una cosa y las comunidades otras. Las identidades y lenguas de este país son sagradas y cualquier  ápice de romper con ello comportará un conflicto llamémosle nacionalista, independentista  o directamente conflicto bélico que es como históricamente el gobierno central ha solucionado las insurrecciones. 

Señor Rajoy siga recortando a esta sociedad que parece muda y tonta de remate y deje en paz a aquellos que sean diferentes a a usted y sus secuaces. La España plural ha funcionado siempre y si no se respetan las comunidades habrá que ir a La Haya a exigir unos derechos constitucionales. Y si hay que escindirse se escinde una comunidad, que no pasa nada (léase repúblicas bálticas o soviéticas) y si hay que montar un paraíso fiscal se monta (existirán siempre generados por los propios gobiernos) y si hay que ser un país pequeño sin dudafuncionará mejor que uno grande (ejemplos: Luxemburgo, Dinamarca, Liechtenstein, Andorra, Mónaco, San Marino).

No nos toque más los cojones, señor presidente. No es una amenaza es un consejo y es que estamos agotados.

1 comentario:

  1. Supongo que ya estamos en el comienzo de una nueva guerra civil,como siempre dicen, las guerras del siglo XXI ya no son con armas, son con otras cosas. Los nacionalismos va abiertamente a romper España, obviamente España va a hundir a los nacionalismos, vale todo.

    Feliz segunda guerra civil española, aquí vale todo! Escoge tu bando, el mio es una España solidaria donde seamos todos iguales.

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