lunes, 23 de agosto de 2010

UN MINARETE EN LA ZONA CERO

Quisiera decir unas palabras sobre la posible construcción de una mezquita musulmana en pleno corazón de la denominada "zona cero" de Nueva York. No es necesario recordar el salvaje atentado terrorista acaecido el 11 de Septiembre de 2001 sobre las Torres Gemelas porque todos lo tenemos grabado a fuego en nuestras retinas, pero sí es imprescindible hacer memoria sobre el lugar donde acontecieron los hechos y como no, sobre quienes fueron los encargados de ejecutar semejante carnicería.

La rama ultraconservadora musulmana yihaidista de Al-Qaida fue la encargada de perpetrar este atentado terrorista con la ayuda de 19 de sus miembros. Un atentado contra la política de Bush que pagaron miles de ciudadanos estadounidenses que aquel día, como otro cualquiera, iban a ganarse el pan. Los fanatismos, y menos los religiosos, nunca han sido la solución para arreglar la situación social y política de un país. Si cierta facción islamista odiaba al presidente norteamericano, ¿por qué no lo mataron directamente a él?. ¿No predican ellos la famosa máxima del "ojo por ojo, diente por diente"?. Pues que se intercambien en su profundo odio los magnicidios de sus jefes de estado y dejen en paz al ciudadano que no quiere jugar a la guerra.

Cuando falta tan solo un año para que se cumplan 10 años de aquella barbarie, y cuando faltan 6 para la finalización de los nuevos edificios que se erigirán en tan emblemático espacio urbano, ha saltado a la palestra la noticia de la petición de la comunidad musulmana (2,5 millones en USA) para construir una mezquita, eso sí, sin decoración y arquitectura de reminiscencia islámica, en pleno corazón de la zona cero. Nunca dejarán de sorprenderme las "libertades" del denominado país de las oportunidades y ese "american way of life" obsoleto y carrinclón que tanto predican.

Me parece de un mal gusto tremendo, de una falta de respeto superlativo y de un poco tacto por las familias de los muertos del 11-S, colocarles, en un lugar donde aún colocan flores y lloran la memoria de sus injustos fallecidos, un espacio de culto musulmán. ¿No hay suficientes edificios o solares en todo Nueva York para construir una mezquita?. Quizás me tachéis de antiárabe o racista, pero por un segundo, hagámonos una idea de lo que pasaría en este país si nos pusieran una "masyid" (mezquita en árabe) al lado mismo de la estación de Atocha o del Pozo del Tío Raimundo de Madrid. Que tampoco hemos de olvidar nuestro 11-M y a nuestros muertos, porque en estos centros de culto es de donde han surgido gran parte de los terroristas islámicos. ¿Os imagináis una iglesia cristiana en pleno zoco de Rabat o de Kabul?. ¿Qué derechos exigen aquellos que son integristas con sus mujeres y con su ideología en su país de origen?

Para evitar susceptibilidades, aboguemos por la diversidad de culto, como por la diversidad racial en un mundo globalizado. Pero si alguna de las medidas de defensa terrorista que utilizan los brazos religiosos o políticos de estas organizaciones plantean algún tipo de duda, por pequeña que esta sea, hay que erradicarla con la acción policial y ciudadana. Y si el urbanita de a pie, en una proporción de 2 de cada 3 estadounidenses, le molesta esa mezquita en ese lugar concreto, pues se contruye en otro punto, porque el pueblo es soberano y en materia de injusticias, éste se convierte en el rey absoluto.

2 comentarios:

  1. No me haga usted estas cosas, querido señor, no me haga usted estas cosas porque me pone de los nervios, me hace sacar las uñas y atiesar los bigotes y después no me quedo tranquilo hasta que no pego cuatro buenos zarpazos.
    Este gatito lindo, remolón y muy necesitado de caricias vuelve a la carga en este blog de usted para decirle que no sólo estoy de acuerdo con su razonamiento sino que voy más lejos: que se hagan las iglesias, mezquitas ó "rezatorios" donde puedan. Pero que no toquen las narices.
    Estoy más que harto de que en nombre de las libertades y la democracia se hagan barbaridades mayúsculas. Aquí no se trata ni de las unas ni de la otra. Aquí se trata de la oportunidad. No es ni será nunca oportuno hacer una mezquita en un lugar como la zona cero. Pero ¿a quien puede ocurrírsele semejante idea? Que ya está bien, hombre, que ya está bien. Que se vayan a poner su lugar de oración en la otra punta de la ciudad, y que den gracias de que no salga un "chalao" y se la haga saltar por los aires (que no sería tan raro, que locos hay muchos). Claro que si tal cosa sucediera luego podrían unos cuantos buenos ciudadanos solicitar la inauguración de una "disco gay", por ejemplo, sobre las ruinas que quedaran.
    ¿A que parece una idea integrista, racista e inadmisible? Pues no deja de ser lo que ellos quieren hacer.
    Este gato letraherido apoya y defiende a Mr.Obama por ser lo que es y quien es, pero en esta ocasión debería rectificar sus declaraciones iniciales y no aceptar semejante proposición.
    Y como minino pesimista que soy, auguro que habrán no pocos exaltados dispuestos a hacer desaparecer del mapa la supuesta mezquita si es que finalmente se hace realidad. Y luego lloraremos lágrimas de desesperación...

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  2. Mi querido señor: encantada de conocer su nuevo blog y de poder participar en él, a pesar de mis problemas con el ADSL. Aunque con una prosa de nivel harto inferior a la suya y a la del gato Murakami, quisiera decir que estoy totalmente de acuerdo con usted. Cuando supe lo de la mezquita, pensé que era una broma de mal gusto. No quisiera estar en la piel de las madres que perdieron a sus hijos ni en la de viudos/as como consecuencia del salvaje atentado sabiendo que, justo allí, construirán una mezquita. Es más, creo que esta acción puede traer consecuencias funestas en forma de reacciones violentas, tal vez nuevos atentados y altercados.
    Espero que Obama reflexione y cambie de opinión en breve...
    Un abrazo!!

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