lunes, 22 de agosto de 2011

LAS JORNADAS MUNDIALES DE LA JUVENTUD

Quisiera decir unas palabras sobre las JMJ que se han realizado estos días en Madrid.Es complicado tratar un tema con tantos frentes abiertos en nuestra sociedad actual, pero lo intentaremos.

En una España diezmada por la crisis y con un índice cada vez más preocupante de pobreza, no tenemos nada mejor que gastar 50 millones de euros del erario público, pagados con el dinero de todos los españoles, sean cristianos o laicos. Y con la única intención de captar jovenzuelos para llenar los seminarios y las iglesias, que ha este paso van a parecer un desierto.


No es necesario decir que la religión que se profesa en nuestro país y gran parte de la Europa occidental es el cristianismo, pero la constitución española recalca que vivimos en un país laico. Por lo tanto, no hay ninguna religión obligatoria a seguir y si ésta existiera debería tener la independencia suficiente como la budista, la sionista o la protestante. Tampoco hemos de pagar cada uno de los actos sociales que pretendan hacer estas religiones y curiosamente siempre lo hacemos con la iglesia católica.


El poder de la Iglesia ha sido y sigue siendo tan grande que, viniendo a visitarnos un jefe de estado, llamado también Papa, de un país con 700 habitantes y con la renta per cápita más elevada del mundo, España, que está viviendo su etapa más misérrima de los últimos 50 años, se vuelca para recibir a uno de los representantes más poderosos del planeta gastando lo suficiente como para abrir, de por vida, todos esos quirófanos que se han cerrado por los recortes presupuestarios.


Rajoy y Ruiz Gallardón, emocionados ante la visita del Papa, han protagonizado los besamanos más anquilosados que se hayan visto jamás. Eso de besar el sello papal tiene reminiscencias inquisitoriales. Los protocolos existen pero hay una evolución de los mismos en el tiempo, y tal como hizo Zapatero, éste le dio la mano amistosamente, como jefes de estado que son ambos y del mismo rango, sin hacer genuflexiones ni aspavientos. Rajoy, que ya se considera por designación divina, presidente de todos los españoles, y como representante político máximo de la oposición política, no puede bajar la cabeza ante el poder político del Vaticano. Que la curia y el clero se postren a sus pies e incluso que se flagelen en presencia del Papa (es un decir), como acto de respeto y contricción es totalmente respetable, pero la clase política no. ¿Quizás prioricen estos señores del PP la religión por encima de la política?. Que Dios nos pille confesados...


Lo dicho. Se ha montado un Cristo escénico en la ciudad de Madrid cortando todo el centro de la ciudad para que hordas de cristianos sonrientes ocuparan sus calles. Durante una semana estos "jóvenes" han sido unos privilegiados con viajes en servicio público gratuitos (para desespero de los taxistas) y montando unas bullas callejeras, eso sí, en tono de cántico religioso y conciertos de rock cristianos que curiosamente no han molestado a los vecinos de la zona. ¿Por qué no les dieron unos auriculares a todos como se hizo en las fiestas del orgullo gay en Chueca?. Aquí Gallardón se ha cubierto de gloria y nunca menor dicho.


Sobre las frecuentes conexiones en los informativos he llegado a una conclusión: o los jóvenes entrevistados viven en los mundos de Yuppi o yo estoy fuera de la realidad. Los discursos de esos adolescentes son terroríficos en su mayoría: no hay que practicar el aborto porque al final acabarás queriendo a tu hijo sin importar el motivo del embarazo, el matrimonio es cosa de mujeres y hombres y entre hombres (ellos ruborizados, ellas sonriendo bajo el bigote) o entre mujeres es un pecado benial, que Cristo está en ti sin ninguna duda (¿tipo posesión?), etc. Y esa horrorosa cantinela de "Papa Benedicto, equis, uve y palito" haciendo referencia al XVI o aquella de tintes "drogatas" "Soy adicto al Papa Benedicto". Ahora lo más, ha sido ver saltar a monjas y sacerdotes con una emoción exacerbada ante la presencia papal, casi en evocación del éxtasis de Santa Teresa o en su defecto de la estigmatización de San Francisco. Y es que la castidad es muy dura y ante momentos de tanta emoción es normal que sufran algún tipo de polución.


No voy a seguir porque creo que se me están yendo los dedos en el teclado y más vale una retirada a tiempo antes de iniciar una diatriba con el respetable que tiene todo el derecho de estar de acuerdo o en contra de estas humildes palabras. Solo rematar diciendo que ahora veremos la famosa repercusión mediática que esto comporta para Madrid y sobretodo que resultados vamos a ver en puntos como el cuerno de África. Ejem, ejem.

1 comentario:

  1. Todavía tengo pesadillas con las monjas haciendo la ola al Papa. El día en que la Iglesia católica venda su patrimonio para dar de comer al hambriento, sólo ese día me plantearé la bondad de esta religión

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