domingo, 16 de octubre de 2011

EL 15-O

Quisiera decir unas palabras sobre las manifestaciones del 15-O.

Estamos ante una revolución mundial, aún de poco calado, pero estamos en el camino. La humanidad por completo se ha dado cuenta que los posibles estados de bienestar son una falacia y no dejan de ser burbujas que explotan cuando las altas finanzas quieren. Ya sabemos que la política mundial es compleja y está llena de intereses imperialistas y colonialistas que durante los últimos cinco siglos han sido la base política de nuestro orbe.

Los estados están conformados por una soberanía popular que tiene unos representantes votados democráticamente (ahí donde no hay totalitarismos evidentes o enmascarados) y que tienen que escuchar al pueblo. Una clase política que decide en gran parte el tejido financiero de un país y que impone unas normas en contra de los excesos del poder en mayúsculas. Solo nos faltaba que esos millonarios aparecidos a base de la corrupción política y económica de todos los países sin excepción se dediquen con sus "brokers" a jugar con el futuro de un país, como pasó con Irlanda y ahora está sucediendo con Grecia, por mucha "deuda" que digan que hay en el país helénico.

Nos están engañando cada minuto. La clase política es consciente, porque son los que dominan el mundo, qué cabrones son los que están tocando los hilos para convertir al mundo en una marioneta dócil y entregada. Pero los indignados han reaccionado, creo que a destiempo, ya que hace años que deberíamos habernos levantado para luchar contra el muro de la indiferencia a la que se han acostumbrado Sarkozys, Merkels o Zapateros.

Con el estado del bienestar perdimos nuestra capacidad de reacción y de manifestación. En el momento de la transición, los españoles salían a la calle por el mínimo motivo y se les escuchaba desde el gobierno. ¿Creen ustedes que en 1978 se aceptarían unas condiciones precarias en sanidad como las que tenemos ahora?. Deberíamos levantarnos con más frecuencia aunque fuera por la subida de 5 centimos del transporte público, porque si les dejamos te la suben dos veces en un año (tal y como ha pasado). Deberíamos controlar los precios al consumo porque los intermediarios se están forrando céntimo a céntimo. Deberíamos seguir convirtiendo la moneda al hacer una compra de euros a pesetas para darnos cuenta que en 1999 pagábamos por un café 70 pesetas y en 2011 estamos pagando 200. ¿Dónde está todo ese dinero robado de manera sutil pero evidente?.

Por eso hay que indignarse y acordarse de que somos seres humanos con unos derechos constitucionales: una vivienda digna, un trabajo adecuado, unos representantes democráticos, una sanidad, una educación... ¿Dónde está todo eso?. Y si no sirve indignarse habrá que cabrearse y pasar a la acción. Adelante.

1 comentario:

  1. Sí hay que pasar a la acción. Lástima que todos los votos de esos ciudadanos los perderá la izquierda. Hace falta una izquierda que represente y recoja las peticiones de las pancartas que se exhibieron ayer. En cambio la derecha no perderá ni un voto, seguro.

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