LA COSPEDAL Y EL PP

Quisiera decir unas palabras sobre la "bienpagá" María Dolores de Cospedal y la actual situación del PP.

Cuando en 2007 y después de su periplo político por la comunidad de Castilla-La Mancha, se nos anunció la llegada de María Dolores de Cospedal, a la primera división del Partido Popular, pensé que quizás la derecha española estaba neutralizando sus obsoletos representantes post-aznaristas. El motivo era muy sencillo: la aceptación de una madre soltera, eso sí, mediante la técnica de la fecundación "in vitro", con una vestimenta un poco más actual. Curiosamente, este hecho fue criticado por los propios compañeros de partido, esperando quizás, que las mujeres libres de este país y que desean tener hijos tengan de pasar antes por la vicaría y si no es el caso, ¿reproducirse por esporas?.

Este halo de "modernez" quedó en agua de borrajas cuando, convertida en el nº 2, sólo por debajo de la canosa barba de Mariano Rajoy (por cierto, se tiñe el pelo), abrió la boca públicamente. La contundencia, la obviedad y lo rancio de su discurso fue equiparable a la previsible máxima de "más de lo mismo". Y encima la secretaria general del PP y senadora cobra la escalofriante cifra de 241.000 euros al año, es decir, mucho más que el presidente (89.303 €) y que el propio Rajoy, que para más "inri" cobra aún más que Zapatero, es decir 96.000 € anuales. Para que luego digan que los socialistas derrochan el dinero público...

El pueblo, en su inmensa estulticia y necesitado de ser de nuevo aquel falso aristócrata de antes de la crisis, vocea públicamente y sin recato, que va a votar de nuevo al PP para que "esto cambie de una vez". Todos aquellos que apoyen a Rajoy no tienen que olvidar que la derecha, históricamente, no ha abogado jamás por la igualdad de clases y que en el caso español, ellos fueron los inventores del contrato laboral denominado "basura". Tampoco hemos de dejar al margen que ellos fueron los que movieron los hilos de los directivos de las entidades bancarias para crear el dispendio hipotecario y prestamista creador del imperio inmobiliario que ha acabado desmoronándose por su propio peso. Tengamos presentes el ansia de poder de sus dirigentes locales metidos en constantes procesos legales por corrupción urbanística y no hablemos ya de guerras y conflictos varios que nos acarrearon un atentado terrorista aquel fatídico 11-M, gracias a las patéticas ínfulas imperialistas de corte hitleriano de nuestro amantísimo José María Azanar.

Si queremos ser gobernados en breve por un grupo de sabuesos que sólo dedican sus esfuerzos a criticar y vapulear al PSOE sin dar soluciones ni ideas para ayudar a gobernar el país, votad. Pero que luego, trabajadores de orgullo españolista, no os quejéis de las excesivas ayudas económicas a los empresarios, de la negación paulatina de los derechos conseguidos por la democracia (aborto, divorcio, matrimonio homosexual) y sobretodo, del terror a una mayoría absoluta, donde el totalitarismo maquillado resurge en todo su esplendor.

Las nuevas gestas del PP son la necesidad de un control centralista en contra de las autonomías (¿no os suena esto al lema de Franco "una grande y libre"), el silencio relativo ante los excelentes cambios del gobierno de Zapatero (tardios pero reconfortantes) y la enésima denuncia ante el Constitucional de una decisión tomada por el gobierno catalán: la prohibición de la fiesta taurina. E insisto, a Cataluña lo justo, señores del PP, que cada vez estamos más cansados y las revoluciones sociales son las portadoras del autogobierno. Ya se sabe ojo por ojo...

Me pregunto cómo es posible que los grupos de poder de este país no creen un partido político nuevo, con un potencial suficiente para luchar contra la eterna diatriba democrática del PP o del PSOE y con ello no hay que desestimar a otros grupos políticos. No hablo de un centrismo, hablo de una alternativa que respete por igual las clases sociales, que tenga en cuenta al trabajador y al empresario, que luche día a día en Europa por nosotros y que entienda las diferencias culturales de un país que no solo es España. Un país bello y variopinto que tal como diría Imanol Arias y Juan Echanove, está "para comérselo", pero con tranquilidad, que la gula, queridos "peperos", es un pecado mortal. Amén.