Quisiera decir unas palabras sobre el televisivo enfrentamiento entre los candidatos a la presidencia española, Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy.
En el terreno neutral de la Academía de las Ciencias y las Bellas Artes de la Televisión y presentado por Manuel Campo Vidal, este pasado lunes tuvo lugar el esperado cara a cara con los dos presidenciables al gobierno de España. La imparcialidad rayó por su ausencia cuando en los diversos debates de "expertos" posteriores a la emisión de dicho combate, los periodistas de derechas alabaron a Rajoy y los de izquierdas a Rubalcaba. Comprendo que la ciudadanía esté separada en ideales y que en su posible ignorancia vote a uno o a otro de manera indistinta por el terrible método del voto de castigo, pero los adalides de la comunicación de este país deberían ser objetivos, aunque parece ser que eso no se lleva últimamente.
Hecha esta disertación sobre la manipulación consciente del periodismo televisivo de los últimos años, vamos a ser lo más neutrales posibles sobre la valoración del debate, donde en mi humilde opinión, Rubalcaba planteó y plantó cara a los problemas más importantes de la crisis española, argumentando e inquiriendo a Rajoy y el candidato popular se dedicó a leer lo que estaba marcado en el guión de sus asesores, siendo distante, saliéndose por la tangente y sin presentar ninguna solución para este país que está en una terrible crisis.
Todas las encuestas han dado como ganador a Rajoy y es que parece haber un contubernio generalizado para otorgarle ya la presidencia a este político antes de que los españoles pasen por la urnas. Creo que todos aquellos que quedaron obnubilados por la magnífica actuación teatral de Mariano tienen bastante de fanáticos sectarios, y que me perdonen, ya que la política es raciocinio, evolución y espontaneidad.
Muchos de ustedes argumentarán que España necesita un cambio (curioso eslogan socialista el adoptado en esta campaña por los populares) y que el partido del poder actual lo ha hecho mal. Pues bien, Zapatero ya ha vuelto a sus zapatos y Rubalcaba es otro concepto: una persona luchadora, experimentada, conocedora de la situación financiera y trabajador.
No demos por sentadas ni las estadísticas ni los sondeos, simplemente seamos conscientes de nuestra libertad, leamos los programas que se cumplen en parte y decidamos desde la coherencia y no desde el corazón. Pero sobretodo votemos, votemos, votemos, porque nuestro futuro está en ello y ante todo respetemos la democracia.
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