LAS ELECCIONES DEL 20-N

Quisiera decir unas palabras sobre el futuro de España en las próximas elecciones del 20-N.

Desafortunada fecha ha sido la elegida para unos comicios que pintan bastos para el actual gobierno. Gloriosa será, casi sin lugar a dudas, la vuelta al gobierno del Partido Popular en tan señalada fecha. Sin lugar a duda veremos en la calle Génova banderitas españolas constitucionales y sin duda, preconstitucionales. La paloma del PP y el aguilucho de épocas pretéritas sobrevolarán, al menos durante cuatro años, sobre nuestra política a la espera de una mejora económica.

Españoles todos (y permítanme la sorna), como decía el caudillo con mano temblorosa, con el PP la situación no va a mejorar. Así, que, aquellos seres inteligentes que sin duda pueblan este país, han de pensar con lógica y no aplicando un voto de castigo. Con esto no estoy diciendo que se tenga que votar al PSOE de Rubalcaba, porque hay otras alternativas. Que ya está bien de la España roja y de la España, en su momento, fascista, término que no utilizaremos en el siglo XXI para no herir susceptibilidades. Lo dejaremos en la España de la izquierda y de la derecha, capitaneada a día de hoy por dos posibles futuros presidentes que han demostrado su trayectoria como políticos pero que tienen poco carisma para gobernar un país.

La encuestas no fallan y ambos suspenden en la valoración popular, quedando como única aprobada, Rosa Díez de UPD, que también tiene su briega.

Mal que nos pese a la España de las izquierdas, los próximos cuatro años van a estar en manos del necesitado de poder Mariano Rajoy. Años de insultos, descalificaciones y mentiras le ha costado a este líder y sus acólitos para conseguir el poder. Una oposición canina, instigadora y superflua que ha devorado la moral de los socialistas y éstos ni se han inmutado. ¿Queremos un presidente que se ha dedicado 8 años haciendo de perro sabueso y no apoyando causas de todos solo por su perogrullo?.

La alternativa Rubalcaba, llena de vitalidad veterana, no va a llegar a buen puerto. No ha sabido utilizar armas electoralistas como el fin de ETA, la demostración durante seis meses de la pésima gestión de las nuevas comunidades y municipios regidos por el PP, su propia imagen de experto político. Su eslogan de "Pelea por lo que quieres" es desacertado y es que quien tendría que haber peleado son ellos que para eso se les eligió democráticamente. No hay salida.

Rajoy se ve encorsetado en su traje de presidente, rodeado de su séquito femenino de sonrisas Profident, de sus secuaces masculinos adiestrados y esperando a Diciembre para sentarse en su escaño de presidente de todos los españoles para iniciar su política de austeridad económica impulsada por la máquina europea y su política de recortes sociales: ayudas, ley del aborto, matrimonio homosexual, etc., etc.

Preparémonos que vienen curvas. De nuevo la sombra del PP planea sobre nuestras cabezas y como buenos creyentes que son todos ellos, dejadme acabar con un: "Dios nos pille confesados". Amén.