Ya está aquí. De nuevo la marea azul reaparece con todos sus acólitos, con sus viejas y sus nuevas glorias en el gobierno de este país. Una nación que sin duda conoceremos por el nombre de España, ya que los militantes y políticos del PP, no han parado ni pararán de repetir en cánticos tipo: "España unida jamás será vencida", "Yo soy español, español, español" o a ritmo del pasodoble "¡Viva España!". Hasta han hecho suya esa batucada del pobre Carlinhos Brown, que no pinta nada en este ajo y llamada "Maria Caipirinha" ya que empieza con el tradicional grito de samba "pepepepepepe".
Dejando de lado esta fruslería final, decir que Rajoy, en su lucha indeleble por el poder, al final lo ha conseguido. Ocho años de lucha titánica a base de descalificaciones, mentiras y propuestas nulas que espero no se repitan a lo largo de estos, sin duda, cuatro años de gobierno de plena crisis. A no ser que, como siga subiendo la prima de riesgo, Europa obligue un control tecnócrata donde Cospedales, Saenzs de Santamaría o Gallardones no tengan cabida como ministros.
Ya lo vaticinamos en otro post. Este pueblo español que tanto se jacta de serlo y que tanta banderita ondea, ha demostrado una vez más que su derecho al voto es básico convirtiéndolo simplemente en un voto de castigo. No se ha reflexionado sobre la labor del PSOE durante estos ocho años a nivel social y político, solo nos preocupa tener dinero como en la época aznarista y por eso el español de a pie ha votado al PP. Sabemos que se podría haber hecho más rápido pero las consecuencias de la crisis hubieran sido las mismas. Este efecto dominó de nuestra economía está afectada por la situación europea (no lo olvidemos jamás) y el PP no va a conseguir mejorarlo en un plazo breve, a no ser que Europa mejore y encuentre la luz al final del túnel.
No hay derecho que un gobierno como el de Zapatero, que ha modernizado ciertas leyes sociales, que ha ampliado subsidios, que ha luchado contra el terrorismo, que ha mostrado un talante y unas maneras amables, haya recibido un varapalo del todo injusto. Y sobretodo con un candidato tan responsable, experto y trabajador como Rubalcaba. España es una veleta que cambia según el viento de la riqueza que le toca.
Los españoles, que durante más de 40 años aprendieron a vivir con lo justo bajo el terror franquista, vieron en los 90 la posibilidad de ser más ricos que el rey. Y así fue. ¿Quién no tenía en aquella época un par de casas y un par de coches de alta gama?. ¿Cuántos yates se vendieron?. ¿Cómo no comprar un pony a la hijita?. No olvidemos que en cualquier sociedad tiene que haber una clase trabajadora para que un país funcione o, ¿no nos acordamos cuando en este país había empleo y los españoles consideraban que trabajar de camarero o en el campo era una vulgaridad?. Ahora luchamos por quitarle al inmigrante ese lugar de trabajo rechazado y encima pedimos que se vaya que aquí molesta. La sociedad es como un matrimonio: hay que estar a las duras y a las maduras. Hay que tener visión de futuro y no empeñarse hasta las cejas como si fueramos tiranos porque eso ha sido lo que nos ha llevado a la crisis: la soberbia.
Ahora, esos 10 millones de votantes a la derecha buscan de nuevo aplicar ese pecado capital y poder tener de nuevo dinero para gastarlo en cuestiones materiales no necesarias. Rajoy dice que va a mirar por la unidad de España (hecho imposible según la perspectiva catalana y vasca) y con cierta chulería dice qie oteará de reojo a Europa. Pero va a tener que tragar mucha Merkel, sí, y de paso, ya que no lo ha hecho en la campaña electoral, que nos presente sus objetivos poltícos y sociales para esos españolitos unidos, que aún no conocemos. Será el primer presidente del gobierno español que después de ganar unas elecciones no ha planteado al común de los ciudadanos su clave de éxito político. No nos quedemos en la derogación del aborto gritado en Génova el pasado domingo por los ultraconservadores del partido, elemento anecdótico e imposible de eliminar, ya que cualquier estado europeo democrático tiene en la mujer libre el derecho de interrumpir legalmente su embarazo. Hemos de pensar en el copago sanitario, hemos de pensar en la rebaja del subsidio de desempleo, hemos de pensar en la eliminación de ayudas sociales o el derecho a casarse entre parejas homosexuales. ¿Lo vamos a perder todo?. ¿Volveremos a los niveles de la España preconstitucional?. ¿Ondeará de nuevo el aguilucho (es broma)?.
Una vez más la querida España cantada por Cecilia va a dar un paso atrás en libertades y en tranquilidad, sin duda. No olvidemos que Aznar nos metió en una guerra porque le salíó de las pelotas, esperemos que Rajoy, tan ansiado de poder, no se invente alguna aberración nueva. Ya nos dijo en su discurso tras conocer la victoria que no nos preocupáramos (¿de qué?), que iba a ser un buen gobierno (¿desde que perspectiva?) y que lucharía por el paro (¿bajando los subsidios?), la economía (¿haciendo otro ladrillazo ayudado por los bancos?) y por los ciudadanos (¿impugnando estatutos, leyes, eliminando libertades?). ¡Y quiere que no nos preocupemos!. Como diria mi querido Jose Antonio Labordeta en el púlpito del congreso de los diputados dirigiéndo su mirada a la derecha muy enfadado: ¡A la mierda!.
Hola Xesco: no todos los que no han votado PSOE han votado PP. No hay que olvidar que dentro de los votantes existen personas todavía más a la izquierda del PSOE y, en consecuencia, se ha tolerado mucho.Las gotas que han rebosado el vaso han sido: esperar durante meses que Zapatero diera la cara y explicara realmente el alcance de la crisis, que no nos dijera que estaba cautivo y que no podía hacer nada contra los mercados y la UE y la última la reforma de la constitución. El PSOE debe hacer una gran reforma dentro del partido y cuando sean coherentes con su ideología, tendrán su compensación, seguro.
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